domingo, 19 de junio de 2011

Un poco más de memoria

Que ganas a veces de borrar lo que hemos sentido, hemos pasado. Cosas que nos han marcado pero que nos han dejado algo así como una "mancha en la camisa". Es tan común entre nosotros decir después de que un ciclo termina; "ojalá nunca hubiese pasado". Como si deseásemos que las experiencias que nos duelen, los ciclos, nunca hubiesen existido. ¿Por qué? ¿Es que acaso no somos capaces de soportar el dolor? ¿O al contrario, nos gusta el dolor entonces deseamos esto, sabiendo que no es posible conseguirlo?


Lo irónico es que la vida es, y es a la vez hermosa, justamente por esos ciclos que pasamos, esas experiencias que nos manchan la camisa, que nos duelen, cuando somos capaces de superarlos, y que cuando lo hacemos, miramos para atrás y nos sentimos bien con nosotros mismos. Al final lo que somos lo somos por nuestro pasado, fundamentalmente por lo que hemos vivido.

El otro día me regalaron muchas cintas de vídeo, cintas que se encontraron tiradas en la basura, en una calle cuyo nombre no es importante. Este hecho me dejó marcando ocupado muchos días, quizás hasta este momento en que logro mencionarlo. Es que esa cinta de vídeo es un trozo tangible de una experiencia que se perdió!. Se olvidó. Se borró. Se botó a la basura. Lo más loco de todo, es que yo no tengo la cinta completa... En algún lugar recóndito del mundo, o para ser quizás un poco más realistas, de Chile, están los otros capítulos de esa historia. Es algo así como lo que pasó con las horas que se eliminaron de la película Avaricia. Las horas que siempre borra el editor de una película cualquiera a la hora de editarla para publicarla. O también, de los hechos históricos que una sociedad olvida con o sin querer a medida que pasa el tiempo.

Creo de todas formas, que eso es lo que pasa al fin y al cabo con la memoria de cada uno también. Es que, ¡si guardáramos en nuestro disco duro cada momento, con su más mínimo detalle, nos volveríamos locos!. La memoria lo que hace al fin y al cabo, es una selección de lo más importante. De lo más transcendental. Lo que nos marca para el futuro. Aunque muchas veces esas experiencias que recordamos, claramente, por nosotros no las recordaríamos.

La memoria... la memoria es un tema tan ambiguo. Tan inclasificable creo yo. Es que es tan personal! Si hasta la memoria colectiva tiene a su vez la memoria "personal" caminando a su lado. Un suceso histórico socio-cultural nos marca a cada uno de una manera diferente. Una sociedad puede vivir en un momento determinado un mismo suceso, pero, ese suceso a cada ser de la sociedad lo marcará de una manera diferente. Porque depende de nuestra experiencia, creencia, visión, el como nos llegue ese suceso colectivo. Y lo que hagamos a raíz de el. Es por eso que la memoria es tan ambigua. Y eso mismo es lo que la debe hacer tan fascinante.

En realidad, de lo que sí puedo estar segura, es que la memoria nos guía. Sea como seres humanos, entes activos en una sociedad en constante palpitación y expansión, o como ser humano adentrado en sí mismo y preocupado de su ser, sentir y actuar personal, la memoria es la que nos guía en el proceso de vida. Porque al final, cada experiencia que tenemos, la tenemos para formarnos como persona (o como sociedad). Al final, no serviría de nada el querer borrar cierta experiencia de nosotros, si es que se pudiese. No deberíamos siquiera desear que ciertas cosas no nos hubiesen pasado, por más que estas puedan doler... ¿Por qué? porque nos sirve. Porque nos hacen crecer y vivir. Vivir. ¿No creen?.

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