jueves, 16 de junio de 2011

De cómo surge el objeto de inspiración

Yo escribo. Escribo y cuando lo hago, suelo contar pequeñas historias de la gente que está a mi lado o en el menor de los casos, de algún conocido por conocer. Es en los momentos en que precisamente estoy con ellos, en que surge la inspiración para escribir sobre sus vidas pasadas, en que juro y perjuro que podré estar con ellos después de la muerte. El caso es que si no existieran ahora, mi libreta estaría vacía al igual que todos mis instantes. No podría ensimismar la vida que llevo al reproche de encerrarme en mi cuarto a escribir sobre lo que aún no se ha inventado, necesito conocer y desde allí poder expresarme.

Durante el curso, hemos conocido a creadores que a través de otra metodología artística fueron consagrados en el arte. Hablo de aquellos que cogieron un pincel y una tela y alejados del mundanal ruido, lejos de todo conocimiento social, fueron capaces de inventar lo que nadie antes había hecho. Tanto Vincent Van gogh como James Ensor consignaron en el arte el oscurantismo de sus vidas remotas y solitarias. Analizando sus obras, pudimos comprobar el detalle que produce el distanciamiento social respecto al autenticismo de sus creaciones, dentro de lo particular que proyectan en cada forma. Si se habla de Van gogh se habla de un maníaco. Si se habla de Ensor se habla del pintor progresivamente extraño, por lo que es aquí donde mi curiosidad adquiere sentido. 

¿Desde donde surge la inspiración hacia el objeto artístico, si no es en completa relación con él? Ante esta disyuntiva, he llegado a comprender que quizá sobrevalorado distanciamiento social nunca fue tan cierto, el estar permeado de contingentes sociales que condicionen el conocimiento humano, significa mas que un distanciamiento, una profundización a lo que verdaderamente crea nuevos valores. La estrechez humana, aquello que no es general ni parte de la forma, aquello que se revela en el instante; donde el barullo político de la sociedad no entra. Es en la compleja relación de la intimidad humana con el mundo, que surge el objeto que da cavida a la creación.

"Si repites muchas veces instante, te mueres". Vincent Van gogh.

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