viernes, 24 de junio de 2011

Mi experiencia en la carrera de arte.

Quisiera compartir con mis compañeros un ensayo que tuvimos que hacer para dibujo 1, en el que teníamos que citar alguna frase del ensayo del autor Juhani Pallasmaa titulado Los ojos de la piel  y relacionarla con nuestra experiencia en la carrera de Arte. Y dice así:

“Con el título Los ojos de la piel quería expresar la importancia del sentido del tacto para nuestra experiencia y nuestra comprensión del mundo, pero también pretendía crear una especie de cortocircuito conceptual entre el sentido dominante de la vista y la reprimida modalidad sensorial del tacto.”1

En la actualidad la sociedad ha impuesto el predominio de la vista con el desarrollo de la tecnología, aumentando la producción mercantil de las imágenes y así desligándonos de las emociones de estas, llevando el campo visual a dos dimensiones detenidas en un inmortal presente.

J. Pallasmaa nos quiere recordar con su texto Los ojos de la piel la trascendencia del sentido del tacto en nuestras vidas, tanto cotidianas como en la labor de los artistas y arquitectos, no solo porque los demás, incluida la vista, son prolongaciones del sentido del tacto; los sentidos son especializaciones del tejido cutáneo, y todas las experiencias sensoriales son modos de tocar, sino que también porque el tacto hace que nuestra relación entre el yo y el mundo sea mas cercana.

Volviendo a la cita, ¿A qué se refiere el autor con el “sentido dominante de la vista”? ¿Es la visión el sentido más noble?  Según mi interpretación de las palabras de Juhani P. el predominio del sentido de la visión no necesariamente niega los otros sentidos, es más este sentido puede estimular y fortalecer a los otros, entonces lo visual se puede confirmar con el tacto, que es lo que sucede cuando vemos algo absolutamente nuevo no nos confirmamos en tocarlo y caemos en la tentación de tocar, de sentir con nuestra piel la textura o materialidad de esto nuevo.

“Nos identificamos con este espacio, este lugar, este momento, y estas dimensiones pasan a ser ingredientes de nuestra misma existencia. La arquitectura es el arte de la reconciliación entre nosotros y el mundo, y esta mediación tiene lugar a través de los sentidos.”

2[1] Pallasmaa, Juhani. Los ojos de la piel, la arquitectura y los sentidos. Gustavo Gili, pág. 10
2 Ídem, pág.72

El autor señala que la arquitectura debe evocar todos los sentidos, ya que esta tiene un encuentro directo con el cuerpo humano, la arquitectura fortalece la experiencia existencial, los sentidos nos unen al mundo y nos permiten experimentar nuestro ser en el mundo. El problema está cuando se aísla la vista de los demás sentidos, con lo que el cuerpo humano reduce su experiencia con el mundo. Sin embargo, la vista necesita la ayuda del tacto, ya que la vista revela lo que el tacto ya conoce, lo que significa que, por ejemplo, cuando yo toco algo nuevo “guardo” la información de cómo esa superficie o textura es y luego cuando la vuelvo a ver, reconozco sin tener que tocar la textura que era. Lo mismo sucede con los demás sentidos: el oído, el gusto y el olfato.

Me siento totalmente de acuerdo con el planteamiento que hace Pallasmaa en su texto Los ojos de la piel sobre la importancia del sentido del tacto para nuestra experiencia y nuestra comprensión del mundo. Y ahora que reflexiono sobre este asunto, me doy cuenta de que en las clases de Dibujo 1 cada objeto que usamos como modelo para dibujar lo tuvimos que tener en las manos, aunque sea por un breve momento; medimos sus largos, anchos y altos con nuestros dedos, sentimos sus volúmenes para luego asentarlo a cierta distancia y llevar a la línea con lápiz y papel su apariencia en perspectiva. En Escultura sucede algo parecido en el sentido de tocar el objeto y estudiarlo con las manos para así descubrir cualidades de este que a simple vista no apreciamos. Luego de trabajar con el tacto nos centrábamos en el aspecto visual y veíamos como el objeto se relacionaba en el espacio y con nosotros mismos. A continuación agrego una imagen de un alicate, de una botella Cachantun y otra de fichas de ajedrez, los cuales fueron uno de los objetos que usamos como modelo para aprender en las clases de dibujo. 

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