domingo, 19 de junio de 2011

La objetividad y subjetividad de la percepción

La percepción consta de una porción subjetiva v/s una porción objetiva. La porción objetiva de la percepción se refiere a que vemos las cosas debido a que nuestro organismo esta “diseñado” para captar ciertos elementos del medio, vemos los objetos porque los focos luminosos que lo iluminan rebotan en este y emiten ondas electromagnéticas que nuestro ojo es capaz de captar.  Somos capaces de ver los tamaños de las cosas porque nuestra retina está capacitada para enfocarlas y verlas de manera correcta.
La percepción también tiene condiciones físicas en términos táctiles; son condiciones objetivas de la percepción, los estímulos que influyen sobre el organismo y causan en este una reacción, la cual puede ser tanto positiva, como negativa.
Existen efectos visuales que también contienen a la parte objetiva de la percepción, hay que enfatizar en que la objetividad de la percepción no es lo que REALMENTE ESTÁ SUCEDIENDO, si no, lo que se está PERCIBIENDO. La percepción se define como la  “acción y efecto de comprender o conocer algo”   
Todo esto se refiere a la parte objetiva de la percepción; como está perfilado nuestro organismo para percibir los elementos del medio, pero esta misma percepción objetiva, da pie para la subjetividad y aquí es cuando se produce un choque entre ambas y una disputa por llevarse el protagonismo perceptual en la mente del  que está percibiendo.
A la hora de hablar de la subjetividad de la percepción no podemos referirnos a un receptor pasivo. Este tipo de percepción necesita de un receptor modelo, que tenga una actitud observadora, inteligente y evolutiva, donde si se presenta la misma imagen, su percepción, tenga una variación, que aunque sea leve, esté constantemente influenciada por vivencias personales, emociones, etc.
La percepción subjetiva fomenta la independencia en las ideas y sentimientos de cada individuo, consta de la parte personal de cada uno de nosotros que influye en la objetividad de las cosas cuando estamos percibiendo algo, puede ser un recuerdo, un sentimiento, cualquier cosa.  Esto nos impide objetivar la apreciación de lo observado, lo que lleva a un estudio mucho más profundo del objeto en sí.
Hace tiempo yo misma realicé un experimento por medio de una instalación. Hice una serie de seis cuadros de lo que yo consideraba como mis sensaciones básicas; rabia, felicidad, calma, amor, euforia y pasión, y los presenté a una serie de personas para saber cuáles eran las sensaciones que ellos evocaban. Con un mismo cuadro había más de siete respuestas, más de siete percepciones, sobre una misma cosa.
En el caso de la percepción objetiva no hubiera habido variabilidad, pero estas personas estaban influenciadas por la percepción subjetiva. Después de dos meses les mostré el mismo cuadro y dos de ellas me dieron respuestas diferentes. En este caso solo tuve dos receptores ideales que después de un tiempo tuvieron una evolución perceptual, los otros cinco no evolucionaron en sus percepciones.
La percepción subjetiva constituye observaciones que están fuera del entendimiento de la percepción objetiva y viceversa, ninguna puede contener a la otra pero ambas son necesarias ya que en muchos casos es necesaria una observación objetiva para estudios científicos, estudios de la forma, y un entendimiento visual y mental que puede simplificarse gracias a la objetividad. Por otro lado la percepción subjetiva no se relaciona con un estudio de la forma ni un entendimiento visual, sino un entendimiento personal del objeto y ayuda al desarrollo personal e ideológico, la evolución del pensamiento y de las impresiones percibidas.

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