viernes, 29 de abril de 2011

El arte limitado al rupturismo

Límites. Somos sometidos constantemente a restricciones, prohibiciones y condiciones. No debemos hacer ciertas cosas; sólo debemos llegar hasta cierto punto. Querámoslo o no, estamos sometidos a constructos sociales sobre qué es correcto o no lo es y, también, conocemos los límites establecidos para ciertas cosas.
Ahora, ¿el arte puede tener un límite?, ¿hasta dónde podemos restringirlo, juzgarlo, vetarlo?
Para partir, y a modo de complementar lo que se ha dicho anteriormente sobre qué es arte y además pensando que éste vendría de nuestra esencia más profunda, agregaría que esto se sintetiza en pura expresión: el arte surge a partir de nuestra necesidad de expresarnos, de materializar lo que se siente; de llevarlo a un plano finito. Debemos recordar que las primeras manifestaciones artísticas surgen cuando los grupos autóctonos utilizaron técnicas complejas, que fueron estudiadas posteriormente en el ámbito artístico, como necesidad de organizarse y plasmar lo que vivían. Incluso podríamos atenernos a la teoría mágica que de hecho complementa la anterior, donde los artistas primitivos (a pesar de que este concepto se vea peyorativamente) eran considerados realmente magos por llevar a lo material algo que para ellos era netamente empírico. Podemos ver, con claridad, una muestra de expresión, de sentir. Muestras de las preocupaciones más íntimas, de realizaciones colectivas en base a la experiencia: no podemos dejar de vincular arte con expresión.
Es por esto mismo que me inquieta el tema de los límites: ¿debemos limitar la expresión?, ¿debemos discriminar si una obra es o no arte? Si la respuesta es afirmativa: ¿entonces debemos juzgar las expresiones humanas? Me parece que si se replantea la pregunta, la respuesta se va tornando aún más difícil y a la vez amplía todavía más el concepto de arte, porque ¿todo lo que se materializa en base a la necesidad de expresar es arte? Creo que dar una respuesta es algo complejo, más aún porque existen cánones establecidos que discriminan entre lo artístico y lo no artístico. Cánones con los cuales no podemos luchar.
Siento que el arte no puede atenerse a cánones y, por ello mismo, no puede tener límites. Partiendo de la base que surge a partir de la expresión, soy partidaria de que el arte no puede establecerse dentro de parámetros y tampoco puede ser juzgado. Esto se dificulta muchísimo cuando el artista, claramente, lucha contra lo moral y lo “socialmente correcto” (constructos con los que, por cierto, no estoy de acuerdo como se podrán haber dado cuenta). Es más, si en una galería vemos un cuerpo humano acuchillado, ¿deja de ser arte? Claro: la opinión genérica será que el artista perdió la cabeza y quiso ser rupturista (ya tocaré este tema más adelante); pero, ¿no puede querer expresar la muerte de una manera diferente? Quizás quiere plasmar una crítica, un sentimiento reprimido, un trauma, una aventura. Entonces les pregunto, ¿quiénes somos para contradecirlo?, ¿vale de algo haber estudiado años de años sobre el arte, su historia, sus movimientos, usos, técnicas si no somos capaces de respetar la diversidad de expresión? Creo que, esta vez, los eruditos no tienen mucho que decir, mucho menos juzgar.
También mencioné un tema relevante, aún cuando se habla de límites, ya que se relacionan de manera más directa de la que podrán creer.
Hay artistas que han sido considerado a través de los tiempos como rupturistas, es decir, que salen del esquema “cotidiano” del artista, ¿realmente son rupturistas? No comparto el concepto. No por el hecho de que se salgan del canon establecido y “normal” de artista significa que están “rompiendo” algo, porque de hecho esa es la idea: no ser igual a todos, innovar y plasmar lo que sienten. Si el concepto de rupturista se relaciona directamente con ser innovadores y distintos al resto, bienvenido sea; pero lamentablemente, en el ámbito social, es entendido como el raro, el que quiere ir en contra de la corriente y es muchas veces juzgado, ya que artistas muy rupturistas comienzan a confundir lo distinto con lo rebuscado y pueden llegar a salirse de su ideología y caer en expresiones que quizás no son las que los motivaron en sus inicios (pero, claro, vemos esto en artistas más contemporáneos y especialmente del yet set popular como directores de cine, cantantes, diseñadores, entre otros)
Tenemos a Walter de María, Robert Morris, Dan Flavin, Alexander McQueen, Francis Baccon, Lady Gaga. Todos ellos presos de su expresión, encapsulados en el concepto de “rupturistas”. Realmente dudo que lo puedan ser. Son genios, claro; ¿rupturistas? No sé hasta qué punto.
Más allá de lo que podamos pensar, y de que tildemos a algunos artistas como “mejores” que otros, la verdad los invito a dejar de lado ese prejuicio. No porque un artista venda más, debe ser mirado en menos por el rubro artístico. Podemos criticarlo constructivamente, mostrarnos en contra de su propuesta, de su concepto. Jamás enjuiciarlo y, mucho menos ponerle límites. El arte no tiene límites, el arte no tiene artistas rupturistas.
La expresión no se limita, no se rompe. El arte…es expresión.     

2 comentarios:

  1. Si bien comparto tu punto acerca del arte como modo de expresión y que en este sentido no debiera ser juzgado, me parece que hay que tomar el tema de los "rupturistas" con cuidado. Creo que muchas veces los artistas han mal entendido como "buen arte" el arte innovador, lo nuevo, introducir temáticas nuevas, romper con lo antiguo. Creo que esto es totalmente valido, bueno y muy positivo mientras no se convierta en el objetivo primordial de estos artistas ya que muchas veces ponen primero la idea de innovación que lo que su obra muestra. Buscan mas generar ruptura que real expresión de sentimientos. Por esto pienso que hay que tener cuidado porque innovar siempre es bueno mientras no se torne el eje principal de nuestra creación como artistas.

    Aldunate Paula.

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  2. Muy interesante lo de ser rupturista v/s no tener límites. Justamente te encuentras en medio del dilema, ¿tiene o no límites el arte? Puede el arte autodefinirse (expresar delimitaciones) tal como la mesa que se describe utilizando la metodología de Humberto Maturana como "objeto que posee una superficie donde se posan otros objetos y sostenido por otra estructura de preferencia vertical"

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