lunes, 13 de junio de 2011

Memoria; Statu Quo

A partir del tema de nuestro examen " La Memoria", me gustaría compartirles una instalación que tuve la oportunidad de ver el año pasado en la sala de la CCU, independiente que me gustó bastante, me parece que tiene mucho que ver con lo que estamos haciendo.
Se trata de Statu Quo de las artistas visuales Teresa Aninat y Catalina Swinburn.
A continuación les dejo algunas fotos y un video que encontré(aunque la música no aporta en nada a la instalación). Se logra recorrer la obra en todas sus dimensiones.








En la instalación se dispone un habitáculo donde sus paredes se han creado por almohadas impresas con la fotografía de manos en forma de ofrenda, cada una con una frase diferente y en su interior miles de fragmentos de diarios/periódicos provenientes de diferentes lugares del mundo. 
La memoria y el tiempo se entrelazan en la obra, partiendo por analizar la materia esencial de la instalación que son los distintos testimonios recortados de la prensa escrita. 
Por que qué es un diario, pues yendo a la noción mas básica éste sería el recuento escrito de un día visto desde diferentes ámbitos, qué fue lo que ocurrió, cuáles fueron los personajes que hicieron noticia, etc. 

Es así como un diario es para mí un vestigio, un objeto que contiene huella, nostalgia y registro de lo acontecido. Y en la instalación de Aninat y Swinburn encontramos miles de éstos vestigios, múltiples vivencias, opiniones e historias de diferentes tiempos y espacios que constituyen nuestra memoria como mundo. 

Si nos detenemos a pensar en el tiempo como una magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo pasado, presente y futuro, podemos capturar el orden y establecer nuestra propia historia a través del tiempo, es decir crear memoria.
Por esto me hace mucho sentido que las manos en la instalación capturen un acontecer que se une a esta almohada llena de ellos, representando en las manos la intervención del hombre al capturar y reservar un hecho en el tiempo. A si también las almohadas y las cuatro paredes delimitan, actúan como fronteras, al mismo tiempo como un baúl de recuerdos. Y al entregarse al sueño (relación directa al habitáculo y almohadas) tenemos la opción de guardar en nuestra memoria lo acontecido u olvidarlo al dormir.

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